En octubre del año 1974, un año después del cierre intempestivo de la industria textil CHITECO que se comentará más adelante, se realizó la subdivisión de los loteos a cargo del arquitecto Eduardo Camus con la finalidad de realizar la expropiación o el traspaso de los inmuebles a la entidad estatal en materia habitacional correspondiente: Servicio Regional de Vivienda y Urbanización (SERVIU), y luego vender aquellas viviendas a los trabajadores y las trabajadoras textiles de CHITECO. 

De esta manera, los loteos de las viviendas del Pasaje CHITECO albergan ciertas diferencias de tamaños, en donde el terreno de la vivienda más pequeña mide 101,02 m2 y el de mayor tamaño mide 146,44 m2. Por su parte, se contempla un loteo de 1.72437 m2 que más adelante se transformará en la cancha de CHITECO, administrada por los propios vecinos y vecinas del Pasaje. A continuación, se presentan el plano del loteo Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO subdivido y el Certificado de Subdivisión de los loteos emitidos por el Servicio de Impuestos Internos, ambos documentos datan del año 1974. 

Plano de loteo subdividido Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO. 1974. Arquitecto Eduardo Camus

 

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2023

 

Certificados de subdivisión de loteo Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO

 

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2023

 

Al igual que el Pasaje Francisco Lobos, este conjunto de viviendas continúa vigente hasta la actualidad y se caracteriza por sus fachadas continuas de la calle Villasana, General Novoa, junto a la adición de un pasaje interior que en el diseño original de los planos alberga mayor cantidad de viviendas de las que finalmente se emplazaron por motivos que se desconocen. Según los relatos de residentes del sector, entre las décadas de 1960 y 1970 la empresa comenzó a utilizar ese espacio restante del sitio, correspondiente al loteo 1, como un vertedero de basura textil, problemática que históricamente les aquejaba como industria, sin embargo, los residentes respondieron rápidamente a la medida de manera organizada apropiándose del espacio a partir del relleno con cemento sobre la basura que la empresa estaba depositando allí, para posteriormente construir una cancha deportiva de libre uso para los vecinos y vecinas del sector. Un par de años más tarde se crea el Club Social y Deportivo CHITECO, el cual se encuentra vigente hasta la actualidad. 

“La cancha no estaba cuando se construyeron estas casas. Era un sitio eriazo, ahí CHITECO botaba la basura, retazos de telas que no se ocupaban y carbón coke (...) Después se decidió que todas las personas que trabajaban en CHITECO vinieran a hacer deporte acá, a jugar baby fútbol y se armó un equipo” (Miranda, 2015, p.48).

Un dato interesante sobre la cancha es que el portón que actualmente se encuentra en la entrada corresponde a un antiguo portón de la propia industria textil CHITECO que luego de renovar, fue trasladado a la cancha con la finalidad de brindarle un nuevo uso en el espacio comunitario de los trabajadores y trabajadoras textiles. Este hecho si bien es anecdótico, representa nuevamente los tintes de paternalismo industrial que marcó la relación entre los dueños de la industria y los trabajadores y trabajadoras que residieron en los Conjuntos habitacionales Pasaje CHITECO, ya que no sólo hubo una relación laboral, sino que también en términos de la vida privada y comunitaria de la clase obrera de la industria CHITECO.  

 

Portón ubicado en la entrada a la cancha Pasaje CHITECO y vista aérea de la cancha Pasaje CHITECO

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2024

 

Por su parte, considerando los relatos de los actuales residentes del Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO, se comprende que la cancha se constituyó como un espacio de interacción socio-comunitaria, en donde participaron tanto los residentes del conjunto habitacional, como también se realizaron encuentros comunitarios con vecinos/as de sectores aledaños, los cuales además solían pertenecer a otras industrias de la comuna. Así, a pesar del cierre de la industria CHITECO, los vecinos y vecinas continuaron el uso de este espacio deportivo, mejorándolo y luchando por su vigencia.  

“Después que CHITECO cerró, fuimos los vecinos los que nos hicimos cargo de la cancha, juntamos plata y la arreglamos. Hacíamos ahí la fiesta de aniversario del club de tercera edad, la fiesta para los niños en la Navidad, comidas y también se comenzó a arrendar para poder mejorar la luminaria, pagar la luz, el agua y contribuciones porque nuestras casas están exentas, pero la cancha no” (Miranda, 2015, p.49).

 

Vecinos y vecinas de Pasaje CHITECO en la cancha CHITECO 

Fuente: Archivo personal residentes Conjuntos Habitacionales CHITECO

 

“La cancha se cerraba no más, solo estaba para jugar a la pelota, o a veces se ponían a cocinar para todos los vecinos, eran tiempos en donde la cancha estaba abierta, se arrendaba, se compró hasta piscina aquí, se mantenía el pasto sintético, con máquinas, y a la final todo eso se vendió porque quedamos tirados, ya después no había el flujo de plata que se manejaba, imaginate que arreglamos 2 veces la cancha con nuestra plata, la empresa igual aportó… cuando pasó la cancha para acá nos daban un porcentaje y contrataban maestros. Después nosotros asfaltamos la cancha, íbamos subiendo las luces, después, el asfalto, trabajamos mucho. Cuando se limpió la cancha también todos colaboraron” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

 

Vecinos y vecinas de Conjunto Habitacional CHITECO en celebraciones

Fuente: Archivo personal residentes Conjuntos habitacionales CHITECO, 2024

 

De manera similar a lo planteado por los residentes del Conjunto Habitacional Pasaje Francisco Lobos, en el Pasaje CHITECO también se desarrolló una identidad obrera en torno a su paisaje habitacional y su ubicación territorial, ya que las festividades y celebraciones se realizaban de manera comunitaria, albergando vínculos barriales entre los/as compañeros/as de trabajo y sus familias que, con el paso del tiempo acabaron por encontrarse determinados y entrelazados de manera irremediable por sus circunstancias laborales, habitacionales y familiares. 

“En este barrio, antes hacíamos las tremendas fiestas de fin de año, para las navidades adorábamos el pasaje y poníamos luces de colores. Mi marido, algunos años, se disfrazó de Viejo Pascuero y les tiraba dulces a todos los niños del barrio, ellos felices. Creo que nuestros hijos tuvieron una linda niñez, en el pasaje todos jugaban a la pelota, a las boletas y a la quemaditas. Después de las 12, para los años nuevos, sacamos las mesas, las sillas y los parlantes. Nos poníamos a bailar hasta que amanecía” (Miranda, 2015, p.48).

Al respecto, vale la pena mencionar el tinte de nostalgia que albergan los relatos de los y las actuales residentes del Pasaje CHITECO, quienes además corresponden a un rango etario de sobre 60 años, que dejan a entrever cierta añoranza de tiempos pasados en donde el compartir colectivamente era la tónica que tenía el pasaje, con contextos de alto sentido comunitario, identidad barrial y vidas compartidas, en comparación con una actualidad de abandono de lo comunitario producto de modificaciones en los modos de vida de las personas, los recambios generacionales, la migración de algunos/as vecinos/as y la individualización de los sujetos/as. 

“Mira lo que pasaba antiguamente (...) antiguamente nos visitabamos todos, para año nuevo recorremos todas las casas, se iluminaba el pasaje en esos años, en la época de ellos eligen reina, hacían una fiesta y cuestiones para nosotros, igual se invitaba gente de afuera pero éramos todos unidos, ahora ya no” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

Con todo, vale la pena comentar que al momento de georeferenciar la totalidad de conjuntos habitacionales creados por industrias y las industrias mismas, se constató que en la calle Lope de Ulloa, a una cuadra de distancia del Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO, se encuentra emplazado uno de los conjuntos habitacionales de la industria discográfica Odeón, situación que es reconocida por los actuales residentes del Pasaje CHITECO que sostienen que existieron diversas instancias de socialización con los trabajadores y trabajadoras al alero de las actividades recreativas, deportivas y comunitarias. Por su parte, también destaca el hecho que a  tres cuadras se encontraba emplazada la Fábrica de Sombreros Cintolesi y la Cristalería Yungay, lo cual viene a evidenciar nuevamente la construcción de un barrio obrero desde el empresariado industrial en el sector poniente de la ciudad. A partir de los relatos de vecinas y vecinos del sector, se constata que el devenir de estas empresas es bastante similar, derivando en que actualmente, la comuna de Quinta Normal alberga como memoria de este patrimonio industrial pequeñas empresas y talleres de manufactura y producción propia. 

“La otra industria que había en el sector fue Primatex, donde se hacía lana, estaba en Walker Martínez. Además se destacó la cristalería Cristal Yungay que estaba en Augusto Matte, ahí los obreros tallaban a mano el vidrio. También estaba la fábrica de sombreros Cintolesi y la otra fue Odeón, una empresa de discos en la calle Lope de Ulloa. Todas esas fábricas quebraron igual que CHITECO, ahora sólo quedan pequeñas empresas y talleres” (Miranda, 2015, p.50). 

SINDICALISMO EN LA CHITECO

Los trabajadores y trabajadoras de la industria textil CHITECO se distinguieron entre la clase obrera de la comuna por una fuerte acción sindical y social, con orgánicas fuertes y diversas en razón de la pluralidad de trabajadores y trabajadoras. Al respecto, cabe mencionar que a partir de los relatos de ex trabajadores y trabajadoras de la industria CHITECO se constató este sindicato fue uno de los que lograron desarrollar una fuerte estructura que dio paso a una gran adherencia: “Todos éramos parte del sindicato, 1.600 trabajadores y trabajadoras” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

De manera similar a los sindicatos de otras industrias de la época, los sindicatos de CHITECO albergaron una alta diferenciación entre el rubro de obreros y profesionales, al punto de tener sindicatos diferentes en razón de sus motivaciones y peticiones asociadas a sus condiciones laborales (a modo de ejemplo, a partir de los relatos de los ex trabajadores y trabajadoras de CHITECO se evidenció la existencia de espacios de alimentación desiguales en función del cargo del trabajador, pasando de un comedor especial frente a la entrada de la fábrica, un comedor pequeño al interior de la fábrica y las prácticas de alimentación a un costado de la calle).

En vista de la variedad de sindicatos, los trabajadores y trabajadoras de la industria textil CHITECO se vieron enfrentados a múltiples y diversas problemáticas asociadas a sus condiciones y espacios laborales, frente a lo cual los sindicatos fueron los encargados de organizar diversas protestas, huelgas y de actuar como intermediarios con los empresarios, debido a las precarias condiciones laborales que les entregaba la fábrica, en donde el aumento salarial se posicionó como una de las demandas por las que históricamente lucharon los obreros y obreras, no logrando su cometido debido a que los empresarios no tranzaron en esta solicitud. Dentro de los petitorios también destacó la escasa seguridad laboral y social, y la insalubridad al interior de los espacios laborales. 

“Los jefes decían, antes de que empezará la huelga, que el aumento de los sueldos era un 4% y nunca subieron esa cifra. Nos decían que podíamos estar un año en huelga, que la industria se podía cerrar, pero siempre lo que se podía ofrecer era sólo de un 4%. Así es que en vista de eso, se acabó la huelga y todos a trabajar” (Miranda, 2015, p.51). 

Considerando lo anterior, es interesante observar la multiplicidad de discursos entre los ex trabajadores y trabajadoras de la industria CHITECO, ya que si bien existe una coincidencia respecto a la complejidad de conseguir el aumento salarial, también se presentan miradas bastante benevolentes hacia los empresarios, en donde se plantea que en general les entregaban todo lo que requerían. Asimismo, se presentan discursos críticos respecto a la propia dirección sindical.

“En general el vínculo con los dueños de la empresa era bueno porque cosa que se pedía a la empresa, nunca se oponía, no era tan difícil negociar, a pesar de que tuvimos dos huelgas con CHITECO. Lo que sí no era fácil conseguir aumento de sueldo, ahí costaba, sabes que la empresa no tenía buenos sueldos, eran malos los sueldos” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

“A nosotros nos indemnizaron con productos porque no había plata. Teníamos sindicato y nos fuimos a huelga como tres veces, pero nunca ganamos nada. Recuerdo que una vez pusimos una carpa afuera de la sala de ventas y nos instalamos allí como 3 meses, pedimos plata a la bajada de la micro y a la gente que iba por la calle, pero no ganamos ninguna clase de peticiones. La dirección del sindicato tampoco funcionaba bien, para una de las huelgas hasta nos repartieron pescados descompuestos” (Miranda, 2015, p.50). 

Dentro de las repercusiones negativas de los procesos de huelga sindical que afligieron a los trabajadores y trabajadoras se destaca con mayor fuerza la vulnerabilidad social con la que dejaba a las familias, surgiendo en este escenario las prácticas de apoyo comunitario entre vecinos y vecinas que, con el paso del tiempo, se convirtieron en familia extendida al experimentar procesos vitales similares no sólo a nivel laboral y sindical, sino que también desde una perspectiva barrial y familiar:

“Con mi familia la pasamos muy mal cuando se hicieron las huelgas porque mi marido y yo trabajabamos ahí, durante ese tiempo no recibíamos ni un peso y teníamos 3 niños que alimentar. Solamente nuestros familiares nos podían ayudar porque aunque teníamos varios vecinos que eran buenos amigos, todos estábamos en la misma condición. Tener de vecinos a las mismas personas con las que uno trabajó es distinto, hay más cercanía y compañerismo con varios. Sea como sea, son personas con las que hemos estado compartiendo muchas cosa, hemos estado en las buenas y en las malas, así es que cuando fallece alguna persona es como si se fuera alguien de la familia” (Miranda, 2015, p.51). 

Con el devenir de la acción sindical los múltiples organismos de trabajadores y trabajadoras de CHITECO alcanzaron uno de sus desafíos más anhelados: una Sede Sindical que se ubicó en la calle Martínez de Rozas con Francisco Lobos, a un costado del Conjunto Habitacional Francisco Lobos y de la Industria textil CHITECO, espacio que se habilitó no sólo para el desarrollo de las actividades propiamente sindicales en pro del mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, tales como asambleas, reuniones y otras, sino que también se dispuso como un lugar de recreación nocturna y de distensión comunitaria, a partir de la realización de diversas actividades que, en su conjunto, permitieron el surgimiento de una identidad sindical robusta. 

 

Sindicato de CHITECO ubicado en la calle Martínez de Rozas con Francisco Lobos, atrás de la industria textil CHITECO y a un costado del Conjunto Habitacional Pasaje Francisco Lobos

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2022

 

Según los relatos de los ex trabajadores y trabajadoras de CHITECO, de manera similar a lo realizado por la industria, la asociación sindical también generó instancias de esparcimiento y distensión para los trabajadores y trabajadoras junto a sus familias, siendo esto desarrollado en la propia sede sindical, con la finalidad de unir a los trabajadores y las trabajadores, beneficiando a aquellos/as que se encontraran inscritos en el sindicato (Gómez, 2021). Así, a partir de la organización sindical se festejaron no sólo las grandes celebraciones como fiestas de navidad y fiestas patrias, sino que también el espacio sindical se habilitó para la celebración de matrimonios, cumpleaños y otras actividades más bien familiares de los trabajadores y trabajadoras sindicalizados de CHITECO. 

 

Actividades recreativas en Sindicato de Obreros de CHITECO. 1938

Fuente: Archivo personal residentes Conjuntos Habitacionales CHITECO

 

A partir de los relatos de actuales residentes del Pasaje CHITECO y ex trabajadores y trabajadoras textiles, se evidenció que efectivamente el sindicato fue uno de los actores más importantes para la entrega de los conjuntos habitacionales, ya que fue a través ésta orgánica que se canalizó la solicitud y se logró llegar al acuerdo de construcción de 39 viviendas. En esta misma línea, se descubrió que uno de los ex presidentes del Sindicato de Obreros de CHITECO, don Emilio Quinteros, residió en los conjuntos habitacionales, ya que en la actualidad su viuda, quien también trabajó en CHITECO como hilandera, es propietaria de la vivienda:

“Emilio Quinteros fue Presidente del Sindicato CHITECO, el pasaba mucho afuera, esa era la pega del dirigente en esos tiempos, pasaba afuera, siempre se le decía que el presidente del sindicato era poco lo que trabajaba porque pasaba metido en reuniones del sindicato” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

Finalmente, dentro del proceso de reconstrucción histórica en torno a los sindicatos de trabajadores y trabajadoras de la industria textil CHITECO, se presenta como interesante la memoria de título de Andrea Lagos (2001), titulada “25 historias de amor (Amantes detenidos, desaparecidos y ejecutados)”, en donde se cuentan relatos amorosos asociados al periodo de dictadura militar acaecido desde 1973 en Chile, ya que narran las formas de socialización entre trabajadores y trabajadoras industriales en un contexto de desarrollo fabril, sindicalización, persecución política, entre otras temáticas, evidenciando el surgimiento de una clase obrera sindicalizada y politizada que actúa en función del bien colectivo de la clase trabajadora a partir de la identificación de la propia clase:

“Conocí al Lucho en el Sindicato de Chilectra, lugar que nosotras, las hilanderas de CHITECO, usábamos para las asambleas de trabajadoras. En ese galpón entablamos nuestra primera conversación y de ahí para adelante seguimos con el pololeo que duró cerca de dos años. Pero no todo era sindicato. También salíamos a tomar té al centro, con pasteles, berlines y torta helada en el Café Paula.  Lo pasábamos bien, aunque yo no era muy entusiasta con las salidas, porque mi madre estaba enferma y luego que ella murió, tuve que hacer yo de mamá para mis hermanos, así que me remordía la conciencia andar tirando canas al aire. Una vez fuimos a ver una película al Teatro Plaza y antes de entrar a sentarnos, ya estaba arrepentida. 

Yo creo que al Lucho le atraía el movimiento sindical, porque había sido minero en el norte y porque su niñez no fue un juego fácil. Quedó huérfano de madre y su padre –minero también- tenía que dejar a su hijo con las vecinas para poder ir a trabajar. Así, el Luis rodó de casa en casa, enterándose de las cuitas de diversas familias obreras que sin proponérselo, le enseñaron a remojar el duro pan del sudor, cuando le ofrecían té hecho con azúcar quemada. 

Para Luis, su vida era la lucha sindical. Hizo poemas dedicados al obrero y sonatas a su mujer hilandera de CHITECO. Viajó a montones, pero a mí sus ausencias no me gustaban mucho, porque me quitaron días preciosos junto a él. De Bolivia me trajo dos anillos de oro peruano y de Moscú, una muñeca rusa que hoy duerme conmigo pero ni siquiera me entibia los pies. 

Esta foto es la única que tengo en mis manos y que les puedo mostrar, porque el resto está en el Instituto Médico Legal para ayudar a identificar los restos de Luis que posiblemente estén en Cuesta Barriga, junto a los de otros doce dirigentes sindicales. Mi marido fue el último preso de ese grupo” (p.75-77).

DECLIVE CHITECO

La industria textil CHITECO tuvo su época dorada entre las décadas 60 y 70, alcanzado altos índices de producción y empleabilidad, sin embargo, luego del comienzo de modificación del modelo económico nacional y con ello la llegada de las importaciones desde China y otros países asiáticos, la industria se vio enfrentada a una competencia desigual debido a los bajos precios de los productos importados, imposibilitando su permanencia en los mercados textiles. 

“A nosotros lo que nos tiró pa abajo fueron los chinos, claro porque empezaron a competir con las toallas y tratamos de bajar los costos, porque yo trabajaba en control de calidad y bajar toda la calidad, la plata para competir con los chinos y los chinos no hubo caso, las toallas no secaban pero le compraban a los chinos más barato y todavía” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

A partir de la década de 1960 comienzan a ocurrir una serie de acontecimientos de índole sindical y de organización popular que traen consigo el empoderamiento y autopercepción de la clase obrera de la industria textil CHITECO, lo cual sumado a la llegada de la Unidad Popular al gobierno y la amenaza del desabastecimiento por parte de la clase dominante para desestabilizar al gobierno de Salvador Allende. Ejemplo de esta situación se presenta en la siguiente noticia de la época que relata el cómo los dueños de la empresa CHITECO optaron por guardar sus productos fabricados para generar un clima de desabastecimiento y caos social, desembocando en una intervención del Estado al interior de la fábrica a través de su requisición y la designación de un funcionario designado para liderar la empresa. 

 

Diario “La Nación”. Viernes 6 de julio de 1973

 

Fuente: www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/colecciones/BND/00/PE/PE0001176_1283.pdf

 

Lo anterior trae consigo el primer intento de Golpe de Estado al gobierno de Salvador Allende un 29 de junio de 1973, lo cual repercute directamente en Quinta Normal ya que gran parte de la clase obrera decide tomarse la industria CHITECO para luego colectivizarla entre los trabajadores y las trabajadoras y así, comenzar su proceso de estatización. Luego de esto, la industria es intervenida el 11 de septiembre de 1973, mismo día del Golpe de Estado en Chile, lo que desemboca en la detención drástica de las operaciones en la industria textil CHITECO, repercutiendo no sólo a nivel interno de la empresa sino que también en las relaciones entre la fábrica, las dinámicas laborales, el comercio del sector y la relación comunitaria. Al respecto, cabe mencionar que si bien los actuales residentes de los conjuntos habitacionales recuerdan estos años con bastante tristeza por el cierre de la fábrica, su memoria colectiva no alberga relatos referidos a la politización de los sindicatos, sino más bien a lo complejo que fue el continuar sus labores como trabajadores.  

“Según supimos, para el golpe de Estado se escondió mucha gente ahí, días después los militares andaban en el sector apuntando con sus metralletas, fueron días de mucho miedo” (Miranda, 2015, p.49).

En este contexto, múltiples trabajadores y trabajadoras industriales fueron perseguidos y detenidos, mientras que la empresa fue “intervenida o requisada y devuelta en 1974”, para posteriormente reprivatizarse de manera irregular. Unos años más adelante, y como una estrategia de concentración económica, la industria CHITECO fue absorbida por la industria Textil Viña, operando en un tercio de las instalaciones de CHITECO en la comuna de Quinta Normal, en otras instalaciones en la comuna de Maipú y la gran parte en la ciudad de Viña del Mar. La industria Textil Viña operó en las instalaciones de CHITECO en Quinta Normal hasta 1992, año de su quiebra. Luego de ello, en el año 2005 CHITECO es adquirida por la empresa también quintanormalina, Toallas Lourdes, donde continúa su funcionamiento como marca albergando diversas series comerciales con el nombre CHITECO.

“En el 85-86 porque el 81 se fusionó con Textil Viña, que fue el error más grande de Textil Viña haberse llevado la empresa para allá, nos pagó todo, nos pagó todo, y después nos llamaron si queríamos trabajar por menos plata, se la llevaron gastaron millones y millones y nunca pudieron hacerlo andar, o sea funcionó porque yo estuve cuatro años ahí, pero no, era totalmente diferente, además que las de allá eran empresas mucho más grandes que la de CHITECO. No hubo caso y eso que allá tenía pañales, sábanas, qué cosa no tenían ahí, imaginate que para ir de una sección a otra tenías que ir en vehículo” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

 

Industria Textil Viña 1950

Fuente: https://www.enterreno.com/moments/empresa-textil-de-vina-del-mar-en-1950?page=151 

 

Desde 1992 las ex-instalaciones de CHITECO fueron utilizadas como almacenamiento y bodegaje, actualmente, el edificio se presenta como un sitio abandonado y obsoleto, generando una percepción de inseguridad entre los vecinos y vecinas del sector debido a su escasa conservación. 

“Claro, cuando uno pasa por andes uno dice esto era CHITECO, y uno se acuerdo cuando iba a trabajar todos los días, que todavía esté ahí el esqueleto, pero ahora nadie lo pinta, nadie lo mantiene. Sería bueno una placa recordatoria” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

 

Vista aérea ex Industria textil CHITECO

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2023

 

A partir de los relatos de vecinas y vecinos de ambos conjuntos habitacionales, es posible observar las repercusiones en términos familiares, sociales, materiales, relacionales y simbólicos de experimentar toda una vida centrada en la industria y emplazada territorialmente en un territorio obrero y fabril, en donde gran parte de las vivencias giran en torno a la transversalidad del trabajo de manufactura textil y las relaciones sociales entre los obreros y obreras, al punto de mantener vínculos entre las familias de los dos conjuntos habitacionales. 

“Mis tías trabajaron en CHITECO y la empresa les pasó las viviendas. Todos trabajaron en CHITECO, no hay nadie que no haya trabajado, hasta las últimas casas” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

“Hay gente que tiene familia, yo tengo primas allá, pero ya falleció el papá. Ahora está una hija viviendo ahí, pero igual existe ese vínculo, voy para allá. Yo las voy a ver y tengo otra prima más que era por parte de mi marido también que era el cómo se llama el Perico también trabajó en CHITECO” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

Empero lo anterior, se observa un alto recambio de residentes en los sectores, lo cual se explica principalmente por la venta de viviendas producto de las modificaciones urbanas hacia la construcción de edificios de mayor altura, albergando una mayor proporción en aquellas viviendas emplazadas en la calle Villasana del Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO. Esta situación, sumado al paso de los años y el envejecimiento de los ex trabajadores y trabajadoras industriales ha generado una pérdida paulatina de las memorias e historias asociadas a la Industria textil CHITECO y el surgimiento de los Conjuntos Habitacionales CHITECO. 

“Ya todos se han ido los que vivían acá en Villasana. Se van vendiendo las casas, se construyen edificios, van vendiendo todo. Queda muy poca gente de la que trabajó en CHITECO” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024).

 

Vecinos y vecinas de Pasaje CHITECO en Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO año 2024

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2024

 

Finalmente, se observa que hasta la actualidad existe un fuerte componente comunitario, específicamente en el Conjunto Habitacional Pasaje CHITECO, lo cual se denota en los relatos de los vecinos y las vecinas quienes mantienen un alto sentido de apropiación histórica, simbólica y relacional en torno a sus viviendas y, particularmente, a la cancha emplazada en el Pasaje CHITECO, situación que les ha llevado a organizarse nuevamente para su recuperación. 

“Queremos tomar la cancha y que sea de nosotros (...) o que se abra la puerta para que no se pongan a hacer edificios, que se abran las puertas” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

“Yo creo que nosotros volveríamos a ser como éramos antes si la cancha se pudiera abrir para hacer deporte, porque así lo hacíamos antes, que cobrábamos porque juntabamos la plata para una fiesta de fin de año. Si volviera el deporte aquí en Quinta Normal seríamos otra cosa, porque antes era básquetbol, voleibol, no se cuantas más, pero había harto deporte aquí en Quinta Normal ahora nadie hace deporte porque todo lo cobran, y además no quedan canchas para hacer deporte, porque el deporte hace unir a las personas, se agrupan porque va tu hijo, tu nieto, qué se yo, todos se juntan ahí en la cancha, y esta cancha se llenaba, eso hace falta. 

Para los partidos del mundial yo me acuerdo que el chocho tenía unos equipos grandes, nos ponemos ahí al medio todos viendo el partido. Hace poco hicimos un evento para un bingo para un vecino de acá que falleció y llegó toda la gente, toda la gente que se había ido de acá de la comuna todos acá toda la noche, toda la gente estuvo llena aquí en la cancha, él era antiguo aquí era jugador y después empezó a preparar a los niños más chicos, entonces se fue y lo ayudamos económicamente. La cancha nos ayudó económicamente para que fuera más fácil” (Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO, 2024). 

 

Hito de cierre Conversatorio Conjuntos Habitacionales CHITECO

Fuente: SECPLAN, Municipalidad de Quinta Normal, 2024

 

Con todo, como Municipalidad de Quinta Normal agradecemos la colaboración de los diversos vecinos y vecinas que colaboraron desde un genuino interés en los ejercicios de puesta en valor del pasado industrial que desde el Equipo de Patrimonios se ha desarrollado al alero de la “Asistencia técnica: Catastro de Tipologías Patrimoniales Industriales en la comuna de Quinta Normal”. Asimismo, valoramos significativamente el interés por continuar manteniendo y cuidando los espacios comunitarios que hoy en día representan parte de la historia y memoria local. 

 

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