Ismael Darío Chávez Lobos

Nace un 26 de septiembre de 1951 en Santiago de Chile. Vive gran parte de su breve existencia en la ex Comuna de Las Barrancas que posteriormente se divide en dos ocasiones durante la Dictadura Civil-Militar (1975 y 1984).

 Camino a clases junto a su hermana menor Alejandra. Abril 1956

 

 Hermanos Chávez, de izquierda: Nelly (se ve la mitad), Alejandra, Roxana, Marco, Ismael Darío y la pequeña Lisvette, en acto de primera comunión.

 

Ismael junto a su hermana mayor Nelly. Marzo 1952

 

Realiza sus estudios básicos en la comuna de Independencia y Quinta Normal. Ingresa al Liceo Experimental Juan Antonio Ríos (JAR) en el año 1964. Ese mismo año integra el Comité Cultural Estudiantil, llegando posteriormente a ser su presidente, además de director del Gobierno Estudiantil (CAA o centro de estudiantes) el año 1970. En ese tiempo en que ingresa al JAR tenía tendencias conservadoras ligadas a la derecha tradicional de Jorge Alessandri (Partido Nacional), esto debido a la fuerte influencia de su familia materna con vínculos en Curicó. A propósito de eso, su abuelo Aníbal Lobos Prado (emparentado con el Poeta Pedro Prado) fue uno de los primeros Oficiales fundadores de “Carabineros de Chile”.

En el JAR participa activamente del Grupo de Teatro, formado por su profesor de castellano Luis Wigdorsky Vogelsang, en el cual comparte también su afición actoral con uno de sus mejores amigos en ese momento, John Knuckey, y con el cual más tarde persevera en la carrera de actuación en la misma universidad. Es importante destacar que debido a su fuerte influencia humanista y sensibilidad artística hacia lo social que en los últimos años en el Liceo comienza a tener una mayor inclinación hacia ciertas ideas de izquierda más revolucionarias; su paso por el grupo de teatro fue determinante en ese sentido.

 

 Ismael Darío (semi agachado al final a la derecha) junto a algunos de los integrantes del grupo de teatro del Liceo Juan Antonio Ríos de 1969.

 

El año 1970 finaliza sus estudios secundarios y rinde la PAA (ex Prueba de Aptitud Académica), quedando seleccionado en la Escuela de Teatro de la “Facultad de Ciencias y Artes Musicales y de la Representación” de la Universidad de Chile (actualmente: Facultad de Artes).

 

Es así que el año 1971 comienza su carrera de actuación teatral. En ese periodo, hasta el Golpe de Estado, compartió con sus compañeros y compañeras de teatro sus afinidades artísticas y políticas. Es así que conoció a varios que a lo largo de los años fueron y son actores y actrices destacadas en Chile, como Gonzalo Robles, Hugo Medina, Coca Guazzini, Elsa Poblete, Cristián García Huidobro y Andrés Pérez, entre otros. Es aquí en donde Darío decide ingresar al FER (Frente de Estudiantes Revolucionarios), un frente o movimiento de masas (ligado al MIR) que se destacaba no sólo por las tradicionales reivindicaciones estudiantiles, sino también por un discurso de transformación radical de la sociedad y la lucha mancomunada con la histórica clase trabajadora y los sectores populares marginados.

 

El 24 de enero de 1973, en el contexto de una marcha en apoyo a la toma de los trabajadores de las instalaciones del Canal 9 (televisión) de la Universidad de Chile, se enamora a primera vista de Mónica Pilquil Lizama, de familia mapuche migrante, en el cruce de la Alameda con Portugal [cerca de la UNCTAD III (1972) / Edificio Diego Portales (11/09/1973) / actualmente GAM (2010)]. Durante esos meses restantes del Gobierno de la UP (Unidad Popular), vive sus tres pasiones con ímpetu de manera simultánea: el teatro, la política revolucionaria y su compañera de lucha. El teatro para él era política, arte y amor, es así que se funden en un solo compromiso revolucionario.

En 1973, junto a Mónica, que también era del FER (Frente Estudiantes Revolucionarios) secundario (Liceo Catedral Chileno) del Barrio Yungay, deciden ingresar formalmente a la JS (Juventud Socialista) para comenzar a hacer trabajo político en las poblaciones y campamentos o tomas de terreno. En una de las tantas actividades, andaban con las banderas del FER y es así que son expulsados del PS (Partido Socialista) y acusados de “doble militancia”, a pesar de que el FER no era un partido. Gracias a lo anterior que ambos comienzan a militar en el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y es por medio del MPR (Movimiento de Pobladores Revolucionarios) que inician un trabajo político más profundo y perseverante. Darío llevaba el teatro a los campamentos o tomas de terreno (principalmente de la zona de Barrancas), es así que el arte era su forma de hacer política, a la vez preparaba a los pobladores en técnicas de autodefensa para hacer frente a la represión policial o los grupos de choque de extrema derecha, también la formación política era importante. El teatro lo llevaba en la piel, le gustaba recitar poesía e imitar personajes vivos, como a Fidel Castro, entre otros. Así, durante las noches en los campamentos, usando su casco de minero mientras le tocaba la guardia, hacía reír a los pobladores, contaba chistes y hacía expresión corporal, disfrutando en todo momento de sus particulares juegos dramáticos. Siempre se destacaba con su voz radiofónica y su manejo en la oratoria. La verdad que siempre fue una persona alegre, extrovertida, pero a la vez muy formal, con un sentido del humor bien especial, incluso en los peores momentos de su vida. Durante ese mismo periodo, Mónica Pilquil tenía organizado un “Abastecimiento Directo”, junto a su familia en Quinta Normal (Barrancas en ese tiempo) y los pobladores del sector, como una forma de autoabastecerse con mercadería, sin la burocracia de por medio o las JAP (Juntas de Abastecimiento y control de Precios), o sea de una manera autónoma y autogestionada. En ese mismo contexto Darío organiza el Centro Cultural: “La Casa del Pueblo”, realizando talleres de teatro, entre otras actividades para los mismos pobladores del abastecimiento directo, especialmente los más jóvenes. Mientras tanto, continúa estudiando teatro en la universidad, pero esta vez buscando especializarse en “Dirección Teatral”, que le llamaba mucho la atención, al igual que el maquillaje artístico que lo practicaba cada vez que podía cuando le tocaba alguna función. Por las mañanas salía temprano a trabajar, medio tiempo, al MOP (Ministerio de Obras Públicas) en la Dirección de aguas, siempre en terreno, aquí es donde algunos lo recuerdan que él pasaba la lista de asistencia y siempre tenía una consideración especial por los trabajadores empeñosos y buenos padres de familia, no así con los violentos con sus esposas e hijos. También comía junto con los demás y jamás discriminó a alguien por pensar distinto a él, así lo recuerda incluso alguien que en ese tiempo era de la DC (Democracia Cristiana).

 

Foto Ismael durante una salida junto a compañeros del MOP 1974

 

El 11 de septiembre de 1973 salió a trabajar muy temprano, pero producto de las primeras escaramuzas alrededor del Palacio de La Moneda le dijeron en el Ministerio que se devolviera para la casa. Es así como vio que el futuro se volvió incierto, mientras veía cientos de cuerpos que flotaban en el río Mapocho, según su esposa Mónica Pilquil, nunca antes había derramado tantas lágrimas como ese día. Ese día se frustró su vida y en un abrir y cerrar de ojos los días se volvieron grises, como los uniformes militares y la vestimenta uniforme y cotidiana de la sociedad civil de ahí en adelante. No pudo continuar yendo a la escuela de teatro, ya que la cerraron por un buen tiempo y porque el FER tenía una fuerte presencia, lo que llevó a la persecución de la mayoría de los estudiantes y profesores. Ambos, Mónica e Ismael Darío ingresan al GPM 9 (MIR), órgano de resistencia de la zona poniente de Santiago, en el cual tenían responsabilidades políticas y de propaganda (edición de “El Rebelde”), es ahí cuando asumen sus nombres clandestinos: “Carola” y “Juan Carlos”. Los primeros meses del Golpe fueron duros, pero el año siguiente fue peor en especial el exterminio hacia los militantes del MIR. El 1° de febrero de 1974 Darío y Mónica se casan por el civil en Quinta Normal, mientras ella estaba embarazada de su único hijo. Darío se consigue un trabajo nocturno como profesor de teatro o expresión corporal en el DUOC de la calle Dieciocho, mientras iba a clases en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en la cual había quedado luego de rendir nuevamente la PAA. El 29 de junio nace Juan Carlos en el Hospital San Juan de Dios, eso le devolvió el alma al cuerpo para seguir pensando en el futuro, a pesar de las circunstancias.

 

 

El 26 de julio llega la DINA (organismo represivo) a la calle los Copihues 1977 (hoy Pantaleón Cortés) de Quinta Normal, la casa de sus suegros. Era día viernes, le tocaba tomar los últimos exámenes del semestre como profe de teatro, le pidió a Mónica que llevara a Juan Carlos para presentarlo a sus colegas; estaba “chocho” hasta en sus últimas horas. Ya estando en casa, cerca de las 23:00 hrs golpean la puerta, entran los agentes de la DINA y se lo llevan con destino desconocido. Esa noche hacía mucho frío, estaba un poco resfriado, se fue con un chaleco, su manta mapuche de color blanco y negro (tipo Longko) y su boina de siempre. Después de muchos años, el año 2003 se supo por un testigo sobreviviente que él estuvo los primeros días o semana de julio-agosto de 1974 en el Ex cuartel Yucatán de la DINA, más conocido como Londres 38 (actualmente un sitio de memoria en Santiago Centro), también por informaciones difusas en los años ‘70 y luego por los archivos confiscados a la ex Colonia Dignidad (actualmente “Villa Baviera”) se sabe con relativa certeza que su destino final habría sido ese lugar de exterminio ubicado en la comuna de Parral. Además, está la “Operación Colombo” o el Caso de la Lista de los 119, un montaje comunicacional de la Dictadura Civil-Militar coordinado con los organismos represivos y medios de comunicación de Argentina, Chile y Brasil. El diario La Segunda y el Mercurio en Chile fueron algunos de sus promotores, cómplices y encubridores. En Julio de 1975, Darío aparece en aquella fatídica lista junto a 118 detenidos y detenidas desaparecidas que supuestamente se habían matado entre ellos en el extranjero. Titulares horrorosos como: “Exterminados como ratones” (Diario La segunda, 24 de julio de 1975) que hasta el día de hoy no han reparado ni rectificado esas falsas noticias para encubrir los peores crímenes de lesahumanidad.

 

 

Hoy a 50 años del Golpe de Estado y a 49 años de su secuestro y desaparición, aún se sabe muy poco, existen “pactos de silencio” para no referirse a lo sucedido, existen leyes de excepción para prohibir el acceso público a ciertos archivos o la obstrucción a la investigación judicial o periodística; hoy la impunidad aún permanece y el negacionismo vuelve a instalarse en varios medios de comunicación. Sólo nos queda recuperar, reivindicar, educar y promover la Memoria y los Derechos Humanos que les pertenece a todas las personas por el sólo hecho de ser personas y es deber del Estado generar las condiciones necesarias para que se respeten. Darío era un vecino de Quinta Normal, un artista, un educador, un estudiante, un trabajador, un padre, un esposo, un hermano, un compañero, un luchador por la transformación social para construir una sociedad mejor con una conciencia ética, humanista, empática y solidaria.

 

Fotografía tomada para su registro en la Universidad. 1974