Ex Hospital Félix Bulnes / Sanatorio Lo Franco

 

 

El ex hospital Félix Bulnes ubicado en la población Lo Franco, corresponde a un conjunto de edificios con décadas de historia, la cual se remonta desde procesos socio-históricos de inicios del siglo XX hasta el presente, siendo así un espacio que alberga en su memoria diferentes contextos que ha atravesado el país, la ciudad de Santiago y Quinta Normal. A través de distintas transformaciones materiales que sufrió este equipamiento de salud en el tiempo, el vínculo hacia los habitantes de Quinta Normal se mantuvo como una constante, al ser uno de los primeros centros de salud de la comuna y el de mayor relevancia durante varias décadas, y por lo tanto con un gran arraigo por parte de los habitantes a su propia historia. Con un funcionamiento continuo de más de ochenta años, inicialmente fue construido como sanatorio para enfermos de tuberculosis en 1939, luego desde 1958 comenzó a funcionar como hospital general, desde donde comienza su etapa de transformaciones en sus dependencias, con nuevas infraestructuras y también desastres que marcaron su historia. Finalmente, en 2010 comienza una etapa de deterioro producto del terremoto que afectó varios de sus espacios, lo que incidió en el traslado paulatino de sus dependencias a nuevas sedes del hospital, una en la comuna de Providencia y otra en un nuevo edificio en Cerro Navia. Ya en 2020 con la pandemia del covid-19, finaliza este proceso de traslado con la inauguración del nuevo Hospital Félix Bulnes en Cerro Navia, quedando así el antiguo hospital de Quinta Normal como un complejo de edificios en condición de abandono. Actualmente bajo la alcaldía de Karina Delfino comienza un proceso de rescate de su historia como un caso de valor patrimonial de la comuna, y también una recuperación de su infraestructura con un plan proyectado para que ya en el año 2023 pueda seguir funcionando como centro de salud.

 

El contexto sanitario

Durante las primeras décadas del siglo XX, en la ciudad de Santiago se demarcó una ruta de crecimiento urbano bajo diferentes procesos sociales, políticos, económicos y también sanitarios, siendo este último un aspecto que incidió directamente en la elaboración de las nuevas políticas públicas. Los ideales higienistas ya consolidados a nivel mundial, sostenían que las enfermedades se contraían a través de gérmenes que vivían en el aire, lo que implicó diferentes estrategias en la toma de decisiones, desde el manejo de humos y aguas servidas; el tratamiento del agua potable; el traslado de los cementerios a las periferias; un control de la basura; la búsqueda de la iluminación natural en los espacios públicos; y la construcción de hospitales, consultorios y sanatorios. (Mondragón H. 2010)

Interior de conventillo. Santiago 1929.

Fuente: Memoria Chilena

 

La Tuberculosis azotaba a la población de los centros urbanos, sin aún la invención de los antibióticos a nivel mundial, por lo que este tipo de enfermedad se detectaba de forma tardía ocasionando un término fatal a los contagiados. A los pacientes de Tuberculosis se les aislaba para evitar contagios, por lo que la creación de estos sanatorios en la periferia de las ciudades vino a solucionar el control de esta enfermedad, en donde se les ofrecía una mejor alimentación y aire puro. Este brote epidémico fue de tal impacto, que ya en 1941 muere el mismo presidente de Chile Pedro Aguirre Cerda, quien solo llega a la mitad de su mandato producto de la Tuberculosis.

 

Portada diario La Nación 26 de noviembre de 1941

Fuente: Cultura digital UDP

 

La crisis sanitaria se sumaba a diversos factores de pobreza; desigualdad; el crecimiento descontrolado de la ciudad; industrialización; y malas condiciones de vida del trabajador urbano, que bajo un contexto capitalista con una clase dirigente ciega e ineficiente ante los problemas sociales, estas problemáticas se transformaban en una cuestión social urgente de tratar (Memoria Chilena, 2019). Es en este contexto que, con la llegada de Arturo Alessandri a la presidencia a comienzos de 1920, comienza un proceso de interiorización de la cuestión social, reconociendo la falta de legislación social para mejorar la condición de vida de la población (Ahumada D. 2018) y por lo tanto la iniciativa de generar política pública que diera respuesta a estas problemáticas. Entre estas iniciativas surge la creación de la Caja del Seguro Obrero (CSO), fruto de la Ley N°4054 promulgada en septiembre de 1924 y descrita como el texto por excelencia del nuevo pacto social entre obreros y patrones según María Angélica Illanes (Soto C. 2012). Durante la década del treinta, tras la crisis de mundial de 1929, Chile se veía enfrentado a las problemáticas que esto conllevó, poniendo urgencia en la acción tangible de políticas que permitirían contrarrestar los efectos del desempleo, y por su parte la redistribución de las actividades económicas y usos urbanos, con el fomento de la industrialización y el nacionalismo económico, siendo así Quinta Normal un escenario directo de aquellas transformaciones, que se sumaban al problema sanitario de la tuberculosis. Es en este contexto que la CSO formuló y construyó los proyectos de la población Lo Franco y el Sanatorio Lo Franco.

 

Gráfico incidencia, mortalidad e infección de tuberculosis en Quinta Normal entre 1945-1949

Fuente: Caja de Seguro Obligatorio. Pereda E. (1951). Algunos Aspectos de la Tuberculosis en la comuna Quinta Normal. Apartado del Boletín Médico Social de la Caja de Seguro Obligatorio No 176, Santiago.

 

La Caja de Seguro Obrero y la población Lo Franco

La Caja de Seguro Obrero Obligatorio dispuso sus recursos para la construcción de viviendas y equipamiento público a lo largo de todo Chile, con objeto de brindar apoyo y resguardar el país de las problemáticas existentes. Específicamente en Quinta Normal, durante la década de 1930 la chacra Lo Franco fue subdividida y vendida a varios compradores entre los que se encontraba la Caja del Seguro Obrero, terrenos que correspondían a una zona agrícola que luego fue urbanizada con la población Lo Franco que consideraba inicialmente 500 viviendas (Caja de Seguro Obligatorio 1935).  A esto se le suma el contexto particular de la nueva definición de límites de la comuna de Quinta Normal en 1930, con la incorporación de la antigua comuna Yungay hacia el oriente, por lo que la adquisición de la chacra Lo Franco para urbanizar Quinta Normal se suma como un hecho representativo de esta definición comunal. El predio comprado limitaba por el norte con la ribera del Río Mapocho, actualmente Av. Costanera Sur, al sur con el entonces Camino del Carrascal, actual Av. Carrascal, al poniente con Av. Lo Franco, hoy Dr. José Tobías y al oriente con Av. José Santos Salas, actual calle Embajador Gómez colindante a los predios vendidos a la Caja Nacional de Ahorros y a otros varios propietarios, entre ellos el Arzobispado que adquirió terrenos para la parroquia Lo Franco. (Campos A. Basáez P. 2014).

Comparativa de planos del sector Lo Franco en base a planos de Santiago desde 1930 a 1958.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital. Recorte y edición de SECPLA Quinta Normal 2022

 

Rodeada de áreas verdes, surge esta hermosa realización de la Caja de Seguro en el campo social (…) Calculada para 5000 personas, tiene reservadas construcciones para escuela, sala de conferencia y cine, estadio, retén de carabineros, posta médica, etc. Es así como se describe al proyecto de la población Lo Franco en el Boletín Médico Social de la Caja de Seguro Obrero N°31 de 1936, pionero entre los proyectos habitacionales de la CSO, y donde aquella idea de posta médica, alude al futuro Sanatorio Lo Franco y posterior Hospital Félix Bulnes. Este ánimo de espacio privilegiado para estas poblaciones, fue confrontado por el Colegio de Arquitectos, quienes ya advertían los riesgos de extender indefinidamente los límites de la ciudad, que conlleva a viviendas sin acceso a servicios básicos y desconectadas del centro, como lo ocurrió en un principio con Lo Franco. Por su parte la CSO hizo caso omiso a estas críticas, fundamentándose en que la densificación en altura no era más que la realización de conventillos verticales por lo que la solución en viviendas individuales en la periferia venía a ser la más adecuada, siguiendo el referente de la ciudad jardín, a pesar de que el usuario es evidentemente distinto (Soto C. 2012).

Esquema de emplazamiento según mapa de Santiago 1939

Fuente: Biblioteca Nacional Digital, recorte y edición de SECPLA Quinta Normal 2022

 

De esta manera en 1936 se entregan las primeras casas de la Población Lo Franco, carentes de servicios básicos, pero que de todas formas vinieron a consolidar el límite urbano de Quinta Normal hasta el borde del río Mapocho y también de la ciudad. La construcción de la población Lo Franco estableció un trazado urbano de calles en orden de retícula tradicional rectangular, alargada en dirección norte-sur, y con un remate curvo siguiendo la sinuosidad natural del borde-río, espacio que posteriormente ocuparía el Sanatorio Lo Franco. Este trazado de calles conllevó luego los proyectos de Chilectra de ampliar su red de alumbrado público, consolidando con al menos este servicio básico en las calles del sector. Por su parte el nombramiento de calles coincidía inicialmente con referencias al escenario de salud de esos años, programas como la Gota de Leche, Av. 4050, o la calle Laboratorio. Posteriormente, debido al auxilio prestado por un grupo de médicos argentinos en el terremoto de Chillán en 1939, algunas de las calles cambiaron su denominación por los nombres de esos profesionales que se mantienen hasta la actualidad. La construcción del Sanatorio en 1940 trajo de la mano una repercusión directa en el entorno inmediato de la Población Lo Franco, activando el sector con nuevos usuarios, favoreciendo así la mantención y llegada de nuevos recorridos de buses para aumentar la conexión de estos sectores periféricos al centro de Santiago, pero las quejas de los pobladores se mantienen hasta la actualidad. Ya cuando el Sanatorio pasa a ser Hospital en 1958, todos los terrenos hacia el oriente donde se ubicaba La Haciendita, habían sido urbanizados, terminándose así por definir este sector que solía ser agrícola, pasando a ser completamente parte de una mancha urbana, con un uso mixto residencial y de equipamiento, caracterizado por la presencia del Hospital Félix Bulnes.

   Fotografías de la población Lo Francoen 1936.

Fuente: Colección Transmisores y subestaciones eléctricas. Trans & distr. Elec A27  de Chilectra. 1926-1936

 

Plano de loteo Población Lo Franco.
Fuente: Archivo SECPLA Quinta Normal

 

 

El Sanatorio Lo Franco

En el año 1932 se arma el Departamento de Arquitectura y Administración de Propiedades de la Caja de Seguro Obligatorio, el cual comienza con los estudios preliminares para la construcción de policlínicas, maternidades, centros de atención rural, habitaciones económicas y sanatorios. Solo en Santiago existieron los sanatorios de El Peral, El Pino, San José, San José de Maipo y Lo Franco, espacios que comparten entre sus características el emplazamiento periférico de la ciudad, dado por el higienismo aún imperante para el control de enfermedades como la Tuberculosis. Es durante ese mismo año que comienza la etapa de diseño para este último, posteriormente también conocido como Centro de Reposo Lo Franco en Quinta Normal, el cual estaría enfocado completamente en un sanatorio para enfermos de tuberculosis. El término de su construcción fue en 1939 y su apertura en 1940. 

Comparativa de fotografías del Sanatorio Lo Franco en sus primeros años y fotografía actual

Fuente: Ministerio de Salud. (2013) en Historia del Hospital Félix Bulnes / SECPLA Quinta Normal 2022

 

El Sanatorio comienza a funcionar como un edificio de tres pisos con 90 camas destinadas a pacientes mujeres contagiadas con tuberculosis. Además, tenía un servicio de rayos, un laboratorio, lavandería, alimentación y servicios generales, pero con la falencia de que no disponían de agua potable por lo que tenían que abastecerla en camiones aljibes. En los mismos terrenos del sanatorio es donde vivía parte de su personal, por lo que también existía vida social entre funcionarias y funcionarios, principalmente en la biblioteca donde usualmente tomaban once por las tardes. El Sanatorio se encontraba rodeado de áreas verdes y huertos donde se plantaban productos hortícolas y se mantenía ganado ovino y bovino para el consumo propio como para su comercio. La venta de mermeladas y patos escabechados, preparados por los propios enfermos ayudaba a la mantención del Sanatorio (Promis G. 1995).

 

Fotografía del Sanatorio Lo Franco en sus primeros

Fuente: Ministerio de Salud. (2013) en Historia del Hospital Félix Bulnes

 

El Sanatorio tenía algunos lugares muy interesantes, uno de ellos era la bodega carbonera, donde se acopiaba el carbón que alimentaba las calderas, era un sitio subterráneo con unas toberas por donde entraba el carbón a granel, a pala desde un camión. Se levantaba una nube negra fantástica que todo lo teñía y transformaba los rostros de los presentes. Otro lugar de aquellos era la cocina, territorio del dominio de la Sra. Minita, donde había que caminar entre enormes marmitas algunas de las cuales producían productos de la “industria conservera”.

Dr Félix Torres Bulnes, nieto del Dr Félix Bulnes

Boletín Hospital Clínico Félix Bulnes N°66, Octubre 2014

 

Los primeros años del Sanatorio Lo Franco, los pacientes eran atendidos por tan solo por tres médicos expertos en esta enfermedad, dentro de los cuales se encontraba el doctor Félix Bulnes Cerda, quien fue el primer y único director del establecimiento, cargo encomendado por la Caja de Seguro Obligatorio al ser uno de los pioneros en la lucha antituberculosa. Mantuvo este cargo durante tan solo unos pocos años debido a su inevitable contagio que lo obligó a abandonar el país hacia Suiza para recibir un mejor tratamiento que permitió prolongar su vida hasta 1952. Posterior a su muerte, el sanatorio comienza sufrir transformación, pasando a ser Hospital General unos años más tarde, y es debido a esto es que se acordó denominarlo con su nombre como un homenaje por su visionaria e ilustre labor dentro de la lucha tuberculosa.

      

Fotografía del Sanatorio Lo Franco en sus primeros años

Fuente: Ministerio de Salud. (2013) en Historia del Hospital Félix Bulnes.

 

El Hospital Félix Bulnes

Durante la década de los cincuenta surgen los primeros antibióticos para la tuberculosis, lo que permitió un control y baja de los contagios. Es durante este período que los sanatorios para tuberculosis tuvieron una baja en la ocupación de sus camas, y por lo tanto quedaron a disposición de otros asuntos sanitarios de carácter urgente. De esta manera se fueron transformando en hospitales generales con cuatro especialidades básicas: medicina, cirugía, pediatría y obstetricia, siendo así el Sanatorio Lo Franco uno de los primeros que sufrió este cambio de uso, pasando a ser Hospital General ya en el año 1958. Durante este período, distintas poblaciones populares se fueron asentando en los terrenos del fundo del establecimiento, lo que amenazaba con asfixiar los espacios del Hospital. Es por ello que el director de entonces, el Dr. Cervilla, tuvo que negociar con las autoridades de Obras Públicas para delimitar su superficie definitiva, que es la que se mantiene en la manzana que ocupa actualmente (Promis G. 1995).  

Dentro de las especialidades del Hospital General, obstetricia en los servicios de maternidad fue la de mayor relevancia, pues hasta antes de 1963, en que aparecieron los anticonceptivos orales, el aborto provocado era el método más usado para controlar el tamaño de la familia, al punto que se llegó a hospitalizar a dos mujeres por cama. Así, las antiguas salas de reposo del Sanatorio Lo Franco, pasaron a ser la Maternidad del Establecimiento Asistencial, que contaban con 129 camas pero que, con este nuevo uso, los espacios comenzaron a ser insuficiente para los requerimientos de la población del sector. Posteriormente la familia Alessandri realiza una donación al establecimiento, cambiando su nombre en honor a la esposa del ex presidente a Maternidad Rosa Ester Rodríguez de Alessandri. Con esta donación la maternidad vio transformaciones positivas, pasando luego a ser una de las más grandes maternidades que existieron en la Región Metropolitana. (Ministerio de Salud. 2013).

 

Fotografía de la maternidad durante la década del cincuenta

Fuente: Hospital Clínico Félix Bulnes (2018) en Nuestra Historia

 

A principios de la década de los sesenta, se amplía el hospital en altura, construyéndose el tercer y cuarto piso, destinados al Servicio de Medicina, que se abrió el 13 de septiembre de 1962, con 24 camas por piso. Es en noviembre del mismo año, que se suma a estos espacios el Servicio de Cirugía, que contó con dos pabellones y salas de postoperatorios, iniciándose una importante especialidad en las dependencias del hospital, y consolidando ya su transformación completa en hospital, desde lo que inicialmente era el Sanatorio Lo Franco. A pesar de este crecimiento, en esos años la envergadura de los procedimientos y la cantidad de profesionales para realizarlos no son comparables a la actualidad, y es por eso que el Hospital San Juan de Dios ubicado en la comuna de Santiago, prestó variadas ayudas para el funcionamiento del incipiente Hospital Félix Bulnes; capacitación de auxiliares para desempeñarse como anestesistas, arsenaleras y ayudantes, dotación de residentes de turno en casos puntuales de emergencias, dotación de insumos e infraestructura, hasta el mismo primer jefe de cirugías que provenía de aquel establecimiento. A esta escasez de profesionales, se le sumaban frecuentes paros del personal, a tal punto que se tiene registro de la participación de un teniente de Carabineros como ayudante en una operación de urgencia, al cual se le vistió como cirujano y participó de la cirugía en pabellón (Promis G. 1995).

 

Fotografía de la maternidad durante la década del cincuenta

Fuente: Hospital Clínico Félix Bulnes (2018) en Nuestra Historia

 

A principios de los setenta, la diputada Laura Allende, hermana del presidente Salvador Allende, consiguió la construcción de un nuevo edificio hospitalario que reemplazó al antiguo edificio que había sido el sanatorio, mediante el impuesto de salida de los pasajeros del Aeródromo de Pudahuel por US$1,00 por persona. Este nuevo edificio proyectado como una torre de cinco pisos, se construyó en lo que era la cancha de fútbol del establecimiento, en el sector norte del predio colindante con la calle Panamericana señalada en plano, actualmente Av. Costanera Sur. Esta obra contó con la participación activa de algunos de los doctores en su diseño, quienes se mezclaban entre los obreros para vigilar su construcción. Estos cambios de infraestructura fueron de la mano con la incorporación de nuevas especialidades, como el Servicio de Urgencia, o la Residencia Quirúrgica, y ya en los ochenta se inicia una remodelación del edificio antiguo para incorporar el Servicio de cirugía Infantil y Ginecología (Promis G. 1995), y ya en los noventa se incorpora el Servicio de Psiquiatría y Salud Mental.

 

   

Comparativa Plano del Hospital Félix Bulnes durante los sesenta antes de la construcción del nuevo edificio, e imagen satelital año 2000

Fuente: Archivo DOM Quinta Normal con edición y reconstrucción de SECPLA Quinta Normal 2022

 

Desgracias y recuperaciones

Dentro de las diferentes aristas que contempla la historia del Hospital Félix Bulnes, las desgracias en torno a su infraestructura lo caracterizan e incluso definen su estado actual. Dentro de estas, la primera desgracia mayor fue el incendio del cuarto piso del antiguo hospital en 1984, producto de fallas en las instalaciones eléctricas. El Ministerio de Salud destina fondos para la recuperación de este edificio antiguo, remodelándolo en su totalidad.

Posteriormente el terremoto de 1985 ocasionó varios daños en la infraestructura impactando en el funcionamiento del hospital. Los daños no fueron en su estructura, sino que, en las tabiquerías y revestimientos interiores, lo que implicó que la mayoría de espacios quedaran inutilizables, teniendo así que evacuar a los enfermos y redistribuyendo los espacios. El primer servicio en repararse tras el terremoto fue el de cirugía, y luego de seis meses del terremoto, las labores continuaron como si nada hubiese sucedido, prestando apoyo así a otros establecimientos de salud aún afectados. 

Fotografía actual del predio

Fuente: Fotografía y postproducción SECPLA Quinta Normal 2022

 

 

Quizás la más avasalladora en la historia del Hospital Félix Bulnes, es la desgracia ocasionada por el terremoto del 2010, que conlleva un cambio que repercute hasta la actualidad. Debido a graves daños, varios espacios del hospital fueron declarados no aptos para la atención en salud, teniendo que trasladar sus dependencias al ex Hospital Militar, quedando así el Hospital Félix Bulnes dividido en un establecimiento en Providencia y algunos servicios en las dependencias en Quinta Normal. Una vez realizadas las remodelaciones, se recuperaron algunos espacios, teniendo 356 camas, 8 pabellones centrales y 2 pabellones de maternidad, pero consideradas como soluciones transitorias. Desde el mismo año, el Ministerio de Salud priorizó el desarrollo de un nuevo Hospital Clínico Félix Bulnes en Cerro Navia, que con su inauguración en 2020 es donde finalmente se trasladan los funcionarios y trabajadores que alguna vez trabajaron en Quinta Normal.

 

Fotografía actual del acceso

Fuente: Fotografía SECPLA Quinta Normal 2022

 

De esta forma, el abandono del ahora ex Hospital Félix Bulnes, pasa a ser un duro golpe para la identidad quintanormalina, dada su larga historia y relevancia para vecinas y vecinos como un establecimiento que tuvo una presencia constante en sus vidas. Este abandono ha significado también un cambio en el entorno del barrio Lo Franco, cuyas calles y espacios públicos se tomaban vida con el funcionamiento del hospital, y hoy se encuentran deshabitadas ocasionando focos de delincuencia y ocupaciones informales. Tanto por este estado actual, como por el valor y memoria que posee el antiguo Hospital Félix Bulnes, es que desde el municipio han comenzado procesos de rescate tanto del entorno con proyectos de mejoramiento urbano, como también del establecimiento mismo, para que en 2023 pueda volver a funcionar como centro de salud y así recuperar este espacio de valor histórico para la comuna de Quinta Normal.

 

 

 

Bibliografía:

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Memoria Chilena (2019). La cuestión social en Chile (1880-1929) Presentación. http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-679.html#presentacion

Campos Gajardo, & Basáez Yau, P. (2014). Red de consultorios de la Caja del Seguro Obrero en Santiago : un patrimonio emblemático (1a. ed.). Universidad de Chile.

Caja de Seguro Obligatorio. (1935). Las actividades de la Caja de Seguro Obligatorio en los últimos años. Santiago: Imprenta y ENC. LERS.

Caja de Seguro Obligatorio. (1944). La Caja de Seguro Obligatorio 1924-1944 Desarrollo estructural y funcional. Racionalización de los servicios y prestaciones. Santiago: Gutenberg IMPRESORES

Ministerio de Salud. (2013) Historia del Hospital Félix Bulnes. Sitio web: http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2013/08/HISTORIA-HOSPITAL-FELIX-BULNES.pdf

Gustavo Promis D. (Octubre 1995). La Historia del Servicio de Cirugía del Hospital Dr. Félix Bulnes Cerda. Revistas Chilena de Cirugía, 47, 502-510.

Chilectra. Transmisores y subestaciones eléctricas. Trans & distr. Elec A27  de Chilectra. 1926-1936

Hospital Clínico Félix Bulnes (2018) Nuestra Historia

https://felixbulnes.cl/quienes-somos/historia-institucional/

Caja de Seguro Obligatorio. Pereda E. (1951). Algunos Aspectos de la Tuberculosis en la comuna Quinta Normal. Apartado del Boletín Médico Social de la Caja de Seguro Obligatorio No 176, Santiago.

Hospital Clínico Félix Bulnes (2014). Boletín Hospital Clínico Félix Bulnes. Edición N°66

Soto Castro C. (2012). El programa de construcción de viviendas de la caja de seguro obligatorio y la labor de las visitadoras sociales: El ejemplo de la Población Lo Franco de la ciudad de Santiago en la década de 1930 [Tesis de Magíster en Historia y Políticas Sociales] Universidad Alberto Hurtado.