Chacras de Pedro Prado

 

CASAS DE ALTOS AVENIDA MAPOCHO. Fuente: SECPLA Quinta Normal 2022

PEDRO PRADO: UN POETA MODERNISTA ENTRE LA RURALIDAD Y LA CIUDAD OBRERA

 

Pedro Prado Calvo, poeta, agricultor, pintor, diplomático y arquitecto, nació en Santiago en octubre de 1886 y falleció en Viña del Mar en enero de 1952, en el año 1949 recibió el Premio Nacional de Literatura. Vivió gran parte de su vida en los haciendas y chacras que la familia Prado poseía en la actual comuna de Quinta Normal y en específico, en la chacra Santa Laura que nacía desde la esquina de Mapocho con Lourdes y se proyectaba hacia el norte bordeando el camino del Carrascal y el de Villasana. La familia Prado tiene una historia muy remota y central dentro de la colonización de Latinoamérica y en específico de Chile, Diego Martínez de Prado llegó desde la localidad de Calahorra en España en búsqueda de la conquista de la mítica ciudad de El Dorado que supuestamente se encontraba en Venezuela, ciudad de oro que quitó el sueño a muchos señores conquistadores españoles que se lanzaron a la aventura de poder ubicarla. Este señor Diego Martínez de Prado al fracasar en su dorado cometido y luego de ser designado como tesorero de la provincia argentina de Tucumán, pidió su traslado a Santiago pues acá “podría más fácilmente casar a sus hijas i emplear bien a sus hijos” (Amunátegui, 1879).

Razón tenía, pues el tercero de sus hijos Pedro de Prado de la Canal sería quien le daría a esta familia una fama de realce español en nuestro país, perpetuando el apellido Prado en Santiago y en Chile hasta nuestros días; de hecho por sus cargos en el ejército como capitán en la guerra de Arauco, como administrativo en el virreinato del Perú, luego en Santiago como Procurador general, posteriormente Alcalde ordinario del Cabildo de Santiago y finalmente como Corregidor de Santiago, pudo adquirir grandes terrenos hacia el poniente de la capital chilena, entre ellas varias haciendas en Pudahuel que llegaban hasta Casablanca y Curacaví, otros terrenos en la doctrina de Renca -lo que hoy constituye Quinta Normal- sumadas a diversas tierras en el sur de Chile.

ÓLEO CAMINO VIEJO A SANTIAGO, CUESTA DE LO PRADO

Fuente: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/632/w3-article-312950.html

El dominio de la familia Prado fue grande en la capital, de hecho varios lugares icónicos de los valles centrales deben su nombre a esta familia, por ejemplo la cuesta de Lo Prado mantiene el nombre de la propiedad de esta familia, las lomas de Lo Aguirre o la cuesta Zapata se llaman así por las familias que adquirirían de la familia Prado parte de sus terrenos. Más tarde se inauguraría el túnel Lo Prado y luego la comuna de Lo Prado, manteniendo también la herencia colonial de las denominaciones basadas en los nombres de estos grandes propietarios de la tierra. Pedro Prado Calvo proviene de ese linaje, hijo de la línea masculina de Pedro de Prado de la Canal, nació 204 años luego de la muerte de su antepasado en un Santiago bastante diferente; de hecho hacia 1886, los territorios ubicados al poniente de la Alameda de San Juan (hoy Matucana) comenzaban un proceso de poblamiento acelerado por las primeras olas de migración campo-ciudad atraídas tanto por la inauguración en 1842 de la Quinta Normal, luego en 1863 de la Estación del ferrocarril Yungay y finalmente en 1893 de la Iglesia de Lourdes.

Al comenzar el siglo XX los antiguos propietarios de las tierras ponientes de Santiago comenzaron un acelerado proceso de loteo de sus grandes terrenos herencia del proceso colonial (De Ramón, 1990), comenzaba así la transformación del uso del suelo de estos territorios cambiando para siempre la organización de la urbe capitalina hacia las formas propias del nuevo siglo. Nacían las primeras poblaciones del poniente santiaguino: la población Miranda, la población Morandé, la población Vargas o la población Villasana serían los primeros territorios donde se construirían viviendas para la gran cantidad de migrantes que llegaban a trabajar a un barrio y a una ciudad que comenzaba a industrializarse.

Todo este proceso de expansión urbana vivía una excepción: las chacras de la familia Prado, las que a pesar de haber quedado rodeada de barrios residenciales, industriales y ferroviarios hacia 1910, continuaría resistiendo los avatares de la acelerada modernización urbana.

PLANO DEL PONIENTE DE SANTIAGO DONDE SE OBSERVAN LAS CHACRAS DE PRADO

Fuente: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/631/w3-article-340117.html

 

La más importante y simbólica de las chacras de la familia Prado fue la chacra Santa Laura, su entrada estaba por la calle Mapocho justo al frente de la calle Lourdes y aunque su uso agrícola siempre fue su objetivo principal, fue Pedro Prado Calvo quien comenzó a darle un nuevo ambiente a estos históricos terrenos familiares. Pedro Prado contrajo matrimonio un 1 de enero de 1910 con Adriana Jaramillo Bruce, ese día como signo de la alianza marital plantaron un ombú –árbol tradicional de la cultura argentina- justo en la entrada a la chacra, este ombú que aún permanece allí, ha sido uno de los grandes símbolos de la vida, obra y emoción de Pedro Prado por su tierra. Prado estudiaría arquitectura y comenzaría a construir parte de su hogar en la chacra a partir de sus propias perspectivas de la disciplina y el arte, «respetando la antigua arquitectura de la hacienda, agregó pabellones y cuartos, esculpidas chimeneas y bancos, labradas vigas y elaboradas rejas de simbólico diseño» (Rodríguez Villegas, en Pedro Prado y la arquitectura – Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile).

CASA DE PEDRO PRADO EN LA CHACRA SANTA LAURA

Fuente: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-69813.html

 

CASA DE PEDRO PRADO EN MAPOCHO, 1918.

Fuente: https://youtu.be/ZRlPWwAIrXA

Pedro Prado fue uno de los grandes referentes de los avances de la poesía modernista hispanoamericana, considerado por el histórico crítico literario Alone como uno de los cuatro grandes de la literatura chilena junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Augusto D’halmar, escribe en la chacra Santa Laura importantes libros para nuestra cultura, entre ellos “La casa abandonada” (1912), “El llamado del mundo” (1913), “La reina de Rapa Nui” (1914), “Los pájaros errantes” (1915), “Las Copas” (1919) y “Alsino” (1920), siendo esta última publicación la más significativa para la comuna de Quinta Normal, pues al ser la más célebre obra de Pedro Prado la novela es dedicada a su señora, a su hijo y la misma chacra Santa Laura. Debido a ese gesto y a la memoria que aún se encuentra dedicada a este hito, una calle de Quinta Normal lleva el nombre de Alsino.

DEDICATORIA DE LA NOVELA ALSINO; ED. MINERVA, SANTIAGO 1920

Fuente: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-8334.html

La chacra Santa Laura comenzó a tomar un ambiente de literatura y cultura único en la ciudad, acá se concretó el origen y permanencia de uno de los grupos artísticos más importantes en la cultura chilena: el grupo de Los Diez, cuyos participantes de diversas disciplinas artísticas irrumpieron en el ambiente cultural entre 1916 y 1924, siendo parte de este grupo, además de Pedro Prado, el arquitecto Julio Bertrand. Este arquitecto invita a Prado a sumarse a sus trabajos en varias edificaciones de la calle Matucana -entre ellas el Cité Las Palmas a un costado de la Quinta Normal-, para que luego, el año 1916, trabajaran juntos en la construcción del Palacio Bruna frente al Parque Forestal, debido a la muerte de Bertrand durante la obra Pedro Prado fue quien terminó esta construcción que el año 1995 fue declarada Monumento Nacional.

TORRE DE “LOS DIEZ”, CHACRA SANTA LAURA

                         

Fuente: Archivo de Pedro Prado. Pontificia Universidad Católica de Chile.

Los trabajos de arquitectura que Pedro Prado cultivó durante estos años y en gran parte en la avenida Matucana, le permitieron abrir las perspectivas sobre las líneas entre la poesía y la arquitectura, definiéndola no solo como “el arte de construir hermosos edificios, sino extender esta acepción hasta el amoblado completo de ellos para que sea posible enlazar todas las cosas en una armonía general” (Prado, 1916). Se decidió Prado entonces a construir la que es hoy su principal obra arquitectónica aún en pie dentro de las que alguna vez fueron las chacras de la familia Prado: Las casas de altos de la avenida Mapocho. Estas nueve casas ubicadas a la altura de Mapocho 3600, fueron construidas por Prado para los trabajadores de la chacra, quienes aún en la década del 20 seguían manteniendo la producción agrícola de estas tierras en funcionamiento, de hecho hacia el año 1927, se autorizó la construcción de un ferrocarril al interior de la chacra para el transporte de alimentos y combustibles. Es posible que la cantidad de casas construidas por Prado responda no tan solo al número de trabajadores, sino también a su cantidad de hijos/as. De influencias europeas y vinculadas directamente a las construcciones realizadas en Matucana junto a Beltrand, estas casas de altos –que fueron declarada por la comuna de Quinta Normal como Zona de Conservación Histórica el año 2019- reflejan lo que Prado entendía también por el ser arquitecto:

“El arquitecto nos hace la casa, la escuela, el templo y la tumba. Y todos los edificios son como hombres grandes y serenos que nos protegen. Hay en ellos expresión humana con aire de eternidad” (Prado, 1916).

 

ESQUEMA DE EMPLAZAMIENTO

Fuente: SECPLA Quinta Normal 2022

Con una expresión de conjunto, las viviendas se configuran como un solo gran bloque de fachada continua, acentuado en dos salientes verticales correspondientes a los pórticos de dos viviendas, y con un ritmo de ventanas y puertas que refuerzan la expresión de unidad. Tanto esta continuidad, la altura de dos niveles, como su emplazamiento frente a la Avenida Mapocho, posicionaron a este conjunto residencial como un edificio protagónico de una urbanización que se comenzó a consolidar en los terrenos de la Chacra Santa Laura.

Hacia mediados de la década del 20 la chacra Santa Laura se convertía en un territorio muy diferente al resto del barrio obrero que se alzaba de la mano con el nacimiento de una nueva clase proletaria santiaguina, de hecho, durante estos días Pablo Neruda vistió a Pedro Prado en la chacra Santa Laura y señaló: “En aquella tarde atravesé la calle Matucana y tomé el destartalado tranvía del polvoriento suburbio en que la añosa casa solariega del escritor era lo único decoroso. Todo lo demás era pobreza” (Neruda, 1972). Esto volvió inevitablemente que diversos problemas surgieran en la relación de Prado, su chacra y la vecindad; la prensa local de hecho declara “que debido a la falta de murallas de la propiedad del señor Pedro Prado, han estado ocurriendo, con mucha frecuencia, asaltos y otras inmoralidades”. Abierto a buscar solución a estos problemas, Pedro Prado junto a otros señores propietarios o patrones dueños de las industrias de la comuna, fundan en 1927 la Junta de Beneficencia de Yungay que tenía por objetivo aportar en el avance de “los pobres de la comuna”. Pedro Prado hasta ofició de presidente honorario vitalicio del club deportivo Unión Cordillera F.C.

 

PEDRO PRADO JUNTO A LA CHIMENEA, CHACRA SANTA LAURA

Fuente: Archivo de Pedro Prado. Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

Luego de la designación de Pedro Prado como embajador en Colombia en 1927 y el avance de los procesos de urbanización en la comuna, la familia de Pedro Prado decide dejar la chacra Santa Laura y trasladarse hacia la ciudad de Viña del Mar. Parte de sus terrenos por donación o expropiación fiscal pasaron a ser ocupados por el principal ambiente educativo de Quinta Normal, primero y entre Lourdes y Villasana, se instalan el año 1938 la escuela Nº 31 de niñas que luego pasaría a ser el Liceo Experimental Artístico y la escuela Nº 29 de niños que sería la escuela Reino de Noruega, luego también, en la misma casa del artista nacería en 1946 el Liceo Juan Antonio Ríos y el año 2000 y alrededor del ombú, el Jardín Infantil Pedro Prado. Por muchos años además, frente a la entrada de la chacra, la librería de don Demetrio se encargó de mantener el ambiente literario de esta esquina.

A pesar que los estudiantes del Liceo Juan Antonio Ríos siempre valoraron curiosamente los últimos resabios de la casa del escritor, motivando diversas jugarretas escabulléndose por los prohibidos pasillos de la casa para conocer la chimenea donde se encontraba su histórico grabado: “solo despierta el que ha soñado”, para el mundo cultural la creación de un liceo sobre su casa tuvo perspectivas dispares, por una parte se entendía como algo significativo para la juventud de Quinta Normal, Neruda nuevamente señala: “Pero, tal vez para recóndita y reprimida satisfacción del poeta, en mis escasos regresos por aquellos andurriales, he visto que desaparecieron las verjas y que centenares de niños pobres de las calles vecinas irrumpieron en las habitaciones solariegas transformadas hoy en una escuela” (Neruda, 1972). Pero por otra parte, el hecho de que el Liceo llevara el nombre del presidente en ejercicio y no del escritor o que la proyección arquitectónica del edificio nada tuviera que ver con las perspectivas de este gran artista, generaron ronchas en el mundo cultural chileno por el tratamiento de la casa y la chacra.

 

FRAGMENTO DEL ARTÍCULO CASAS ILUSTRES E INJURIADAS. REVISTA ZIG-ZAG. 1946

                               

Fuente: Archivo de Pedro Prado. Pontificia Universidad Católica de Chile.

El año 1996 el escritor Enrique Lafourcade visita los vestigios de la chacra y señala sobre ella y el antiguo ombú del matrimonio que aún hoy en años avanzados del siglo XXI resiste todos estos devenires urbanos:

“Se trató –así, en pasado- de una noble casa de campo, con una poderosa tradición, sede de uno de los movimientos artísticos más importantes de nuestra literatura y bellas artes. ¿Por qué no la defendimos? Casa de la Cultura Museo de Los Diez. Tenemos nada y esa nada la negamos. ¿Por qué no defendimos el parque? “Habría que formular una declaración de los derechos del árbol para defender a las criaturas vegetales contra el obscuro odio dominante aún en gentes llamadas y que se creen superiores” dice Alone. Pero el ombú –bello, ancho, verde, dosel de la primavera- no se lo llevan sin gritos de ira. Humillaron la casa, hicieron erial del parque, injuriaron una tradición y trataron aún de exterminar la huella del vuelo de “Alsino”, pero por ese ombú vamos a dar la pelea, como si fuera el de Hudson mismo, como si fuera el último árbol sobre la tierra”. (Lafourcade, 1996).

ESTUDIANTES DEL LICEO JUAN ANTONIO RÍOS EN EL OMBÚ DE PEDRO PRADO. 1996

Fuente: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/628/w3-article-189028.html

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Amunátegui, Domingo. “Mayorazgos y títulos de Castilla. Memoria histórica presentada a la Universidad de Chile, en cumplimiento del artículo 22 de la ley del 9 de enero de 1879” Imprenta Barcelona. 1903.

De Ramon, Armando. “La población informal. Poblamiento de la periferia de Santiago de Chile. 1920-1970”. Revista EURE – Revista de Estudios Urbano Regionales, 1990.

Neruda, Pablo. Para nacer he nacido. Editorial Seix Barral, Barcelona, 1978.

Prado, Pedro. “Alsino” Minerva, 1920.

Prado, Pedro. “Ensayos sobre Arquitectura y Poesía” Imprenta Universitaria. 1916.

Revista Zig-Zag. Casas ilustres e injuriadas. 1946