Publicado el 22 de feb, 2024

“El sol yesos”: Dominique y Alondra, las hermanas que se hacen cargo del icónico emprendimiento de Quinta Normal

Las herederas del “clan Trujillo” hoy se hacen cargo de un negocio con larga tradición familiar, algo que las tomó por sorpresa, debido a que su madre atraviesa por un delicado estado de salud. A su corta edad han mantenido a flote el reconocido emprendimiento de nuestra comuna, lo que ha significado todo un desafío para ellas.

Vivir en Quinta Normal y no conocer “El Sol Yesos” es algo prácticamente imposible. La fábrica, fundada en 1950 por Alejandro Trujillo Morales y María Alicia Iturra, destacaba por sus hermosas esculturas. Se trataba de la primera generación en este oficio hecho a mano. La segunda generación, Alejandro Trujillo y Melania Escudero, buscarían nuevas oportunidades de crecimiento para el emprendimiento, abriendo una nueva fábrica de yeso y ziña en Totoralillo, en la región de Coquimbo. Y sería la tercera generación, la hija de ambos, Alicia Trujillo, quien continuaría el legado familiar en la capital.

Con 74 años de historia, la fábrica ubicada en la calle Nueva Imperial 4371 es una verdadera joya, la cual hoy es administrada por la cuarta generación, Dominique (23) y Alondra (19). A su corta edad, tuvieron un giro radical en su vida. Desde enero, asumieron las riendas del negocio familiar debido a que su madre, Alicia, atraviesa un delicado estado de salud. Pese a que desde pequeñas estuvieron familiarizadas con el emprendimiento Trujillo, confiesan jamás haberle tomado el peso y significado a lo que sus bisabuelos, abuelos y madre hacían.

“Ha sido bonito dentro de todo. Nunca nos habíamos sumergido en el mundo de las figuras. Crecimos con ellas, pero recién ahora hemos entendido el gran significado que tiene para las personas que compran en nuestro negocio (…) mucha gente nos dijo que llegaron acá por nuestra mamá y que ella con las figuritas les ha salvado la vida”, describe Dominique. “Muchas personas buscaron una forma de expresar sus emociones a través de las figuritas y eso al final del día es muy enriquecedor”, agrega.



HERMANAS GONZÁLEZ TRUJILLO EN ACCIÓN

Cuando asumieron la administración de la fábrica, cada una sabía en qué podía aportar al negocio. Alondra, quien va a cursar segundo año de Obstetricia, se hizo cargo de todo el manejo de proveedores y las cuentas, mientras que Dominique, se concentró en proyectar a todo Chile el trabajo que realizan a través de la cuenta de Instagram.

“Muchas veces las personas dicen que el trabajo de mi hermana es solo subir videos y hablar con las personas, pero lo que hace la Domi es muy importante porque nosotros vivimos de los clientes y ella los trata de la mejor forma”, asegura.

Pero no ha sido fácil. Dominique, tuvo que posponer sus estudios de Tecnología Médica para asumir el liderazgo de la empresa. “Yo me sacrifico por el equipo. Este era mi último año de universidad, pero tengo que congelar para que mi mamá pueda mejorarse y mi hermana pueda estudiar”, cuenta emocionada. 

Hacerse cargo del negocio ha sido toda una experiencia y un desafío. Relatan cómo una es el sustento de la otra y el esfuerzo diario que dan para mantener el legado del reconocido emprendimiento quintanormalino, donde no solo se elaboran hermosas figuras, sino que también se imparten clases y talleres de pintura y decoración.



Tal como ellas comentan, siguen adquiriendo conocimientos que les permitan desarrollar cada vez mejor su labor dentro de la empresa, la que cuenta con nueve empleados y donde las redes sociales han cobrado gran importancia. Ambas jóvenes se caracterizan por su amplia sonrisa, calidez y buen trato con sus clientes y trabajadores, lo que también es parte del legado construido por la familia Trujillo y que se refleja en sus propias palabras publicadas en El Sol Yesos: “A los emprendedores que se sumergen en el mundo de las figuras, les extendemos una cálida bienvenida y les deseamos mucho éxito. El Sol brilla para todos, y estamos orgullosos de ser pioneros en este arte”.

ORGULLO LOCAL

Las hermanas agradecen la confianza -en primer lugar- de su abuelo. “Le dijimos, tata, confíe en nosotras que nos vamos a encargar de que la empresa continúe funcionando como estaba con mi mamá, incluso mejor. Y mi tata confió”, dice orgullosa Dominique. Y si bien ahora lideran un equipo con nueve trabajadores, aseguran que es muy importante darles el crédito de toda la labor que realizan. “Nosotros somos la cara visible, pero somos un equipo de trabajo y sin ellos, esto no sería posible”, aseguran.

Y, por último, envían un mensaje a su pilar fundamental, Alicia. “Ella ha dado todo por nosotras, su infancia no fue de las mejores, pero siempre nos dio lo mejor. Tenemos mucha admiración por todo lo que hizo por la fábrica y por nosotras. Ahora tiene que recuperarse y volver. Aquí la estamos esperando”, afirman las hermanas González Trujillo.